La caña con ruda es mucho más que una bebida: es una tradición con raíces profundas en la cultura popular del norte argentino y de varios países sudamericanos. Cada 1 de agosto, en coincidencia con el Día de la Pachamama, miles de personas la consumen como un ritual protector, de purificación y agradecimiento a la Madre Tierra. Pero, además de su carga simbólica, esta bebida guarda secretos en su preparación que la hacen única.
Un legado de los pueblos originarios
El origen de esta costumbre se remonta a los pueblos originarios guaraníes, quienes utilizaban la ruda como planta medicinal para enfrentar el invierno, las enfermedades estomacales y las malas energías. Con el tiempo, esta práctica se fusionó con el uso del aguardiente de caña y se expandió por distintas regiones de Argentina, Paraguay, Bolivia y el sur de Brasil.
La creencia popular sostiene que beber caña con ruda el 1 de agosto ayuda a “espantar los males”, protegerse del frío, limpiar el cuerpo y atraer la buena fortuna.
¿Por qué el 1 de agosto?
Este día marca el inicio del calendario agrícola andino y es considerado el Día de la Pachamama, o Madre Tierra, una fecha clave para los pueblos indígenas de América del Sur. En muchas comunidades, se realizan ofrendas, sahumados, cantos y celebraciones para agradecer por las cosechas y pedir protección. La caña con ruda forma parte de ese ritual como un gesto de conexión con la naturaleza y las fuerzas espirituales.
Ingredientes clave de la caña con ruda
Cada familia tiene su receta y sus pequeños secretos, pero los elementos esenciales son:
Aguardiente de caña: debe ser de buena calidad, sin agregados artificiales ni saborizantes, ya que es la base de la bebida. Se prefiere que tenga al menos 40 grados de alcohol.
Ruda macho fresca: es la variedad más fuerte y aromática. Se recomienda recolectarla en la mañana, cuando sus aceites esenciales están más concentrados.
Opcionales: algunas personas agregan cáscaras de limón, naranja, granos de pimienta o ramitas de canela para dar un toque personal y potenciar sus propiedades.
Cómo preparar caña con ruda en casa: paso a paso
Preparar esta bebida requiere tiempo, pero no es complicado. Lo ideal es elaborarla con anticipación, al menos una o dos semanas antes del 1 de agosto, para que alcance una buena maceración.
Elegí el recipiente adecuado: preferentemente de vidrio oscuro o ámbar, para proteger la infusión de la luz.
Incorporá la ruda: lavá bien las hojas frescas de ruda y colocalas en el fondo del frasco. No uses ramas secas ni en mal estado.
Agregá la caña: llená el frasco con el aguardiente, asegurándote de que las hojas queden bien cubiertas.
Maceración: cerrá bien el frasco y dejalo reposar en un lugar fresco, seco y oscuro. La infusión debe durar entre 7 y 15 días. Podés agitar el frasco suavemente cada dos días.
Filtrado: una vez transcurrido el tiempo, colá la mezcla para separar las hojas y residuos.
Embotellado: guardá la caña con ruda en botellas limpias, listas para consumir.
¿Cómo se toma?
La tradición indica beber tres tragos o tres sorbos en ayunas el 1 de agosto. Algunos repiten el ritual durante varios días consecutivos como forma de refuerzo simbólico.
Más allá del acto de beber, lo importante es el sentido del ritual: se brinda con la familia, se pide protección para los seres queridos y se honra el vínculo con la tierra.
Un ritual que trasciende generaciones
La caña con ruda no solo es valorada por sus posibles beneficios digestivos o energéticos, sino por su capacidad de reunir a las personas en torno a una tradición. Año tras año, su preparación y consumo se transmiten como herencia cultural, en un acto cargado de memoria, espiritualidad y respeto por la naturaleza.